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comanditario, el Tasso estuvo allí dos meses. Esta frecuencia de estancias reales en las abadías y
monasterios, tanto de Francia como de Inglaterra, se ha de achacar menos a las piadosas
disposiciones de los soberanos que al hecho de que en la Edad Media, los monjes tenían una
especie de monopolio de la industria hotelera. No había convento algo importante que no tuviera su
hospedería, y mas confortable que la mayoría de los castillos próximos. Los soberanos de viaje se
instalaban en ellos con su corte ambulante, al igual que en nuestros días se hacen reservar, para
ellos y su sequito, un piso en un palacio de la ciudad o de una estación balnearia.
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33. En carta de 19 de junio de 1326: «Y también, hermoso hijo, os encargamos que no os
caséis en ninguna parte hasta que hayáis vuelto a nuestro lado, ni sin nuestro asentimiento y
mando... Y no prestéis oídos a ningún consejo contrario a la voluntad de vuestro padre, según os
enseña el sabio rey Salomón...»
34. Harwich había recibido su estatuto de burgo comunal por una carta concedida en 1318
por Eduardo II. Este puerto se iba a convertir rápidamente en la cabeza del comercio con Holanda y
en el lugar de los embarques reales para el Continente durante la guerra de los Cien Años. Eduardo
III, catorce años después de haber desembarcado con su madre, como lo contamos aquí, partió de él
para librar la batalla de Eclyse, primera de la larga serie de derrotas infligidas por Inglaterra a la
flota francesa. En el siglo XVI sir Francis Drake y el explorador sir Martin Frobisher se reunieron
allí después de haber destruido el primero de ellos la armada de Felipe V. También fue en Harwich
donde embarcaron para América los famosos pasajeros del «May flower», dirigido por el capitán
Christopher Jones. El mismo Nelson residió allí.
35. Juan de Hainaut no asistió a este Consejo por ser extranjero; pero es interesante observar
la presencia de Enrique de Beaumont, nieto de Juan de Brienne -rey de Jerusalén y emperador de
Constantinopla-, que había sido excluido del Parlamento inglés por Eduardo II con el pretexto de su
origen extranjero, y que, por este hecho, se había unido al partido de Mortimer.
36. No hay que confundir la función de mariscal de Inglaterra, desempeñada por el conde de
Norfolk, con la de mariscal del ejército. El mariscal de Inglaterra equivalía al condestable de
Francia (actualmente diríamos generalísimo). Los mariscales del ejército (el francés tenía dos, el de
Inglaterra uno sólo) corresponden aproximadamente a nuestros actuales jefes de Estado Mayor.
37. El mapa de Ricardo de Bello, conservado en la catedral de Hereford, es unos años
anterior a la designación de Orleton para esta diócesis. Fue, sin embargo, durante el episcopado de
Orleton cuando el mapa se reveló como objeto milagroso. Es uno de los documentos mas curiosos
existentes sobre la concepción medieval del universo y una curiosísima síntesis gráfica de los
conocimientos de este tiempo. El mapa está dibujado sobre papel vitela de dimensiones bastante
grandes; la Tierra está en un círculo cuyo centro ocupa Jerusalén; Asia esta colocada arriba; África,
abajo; figura marcado el lugar del Paraíso terrenal, así como el del río Ganges. El universo parece
ordenado alrededor de la cuenca mediterránea, con toda clase de dibujos y menciones sobre su
fauna, etnología e historia, según deducciones sacadas de la Biblia, del naturalista Plinio, de los
Padres de la Iglesia, de los filósofos paganos, de los bestiarios medievales y de los libros de
caballería. El mapa está rodeado de esta inscripción circular: «La Tierra redonda comenzó a ser
medida por julio César.» Tampoco falta la magia en este documento, al menos en una parte de su
inspiración.
La biblioteca de la catedral de Hereford es la mas importante, a nuestro entender, de las
bibliotecas con cadenas que todavía existen, ya que cuenta con 1440 volúmenes.
Es extraño e injusto que el nombre de Adan Orleton sea tan poco mencionado en los
estudios sobre Hereford, ya que este prelado hizo construir el principal monumento de la ciudad: la
grande y hermosa torre de la catedral que fue levantada bajo su administración.
38. Estos castillos normandos, construidos desde el comienzo del siglo XI, cuyo tipo de
construcción duró hasta principios del siglo XVI, ya con los torreones cuadrados propios de los
monumentos del primer periodo, ya con los torreones redondos, llamados «en concha», a partir del
siglo XII, resistieron a todo, tanto al tiempo como a los ejércitos. Su rendición se debió más a
circunstancias políticas que a empresas militares, y actualmente estarían todos en pie, casi intactos,
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si Cromwell, con excepción de tres o cuatro, no los hubiera hecho desmantelar o arrasar.
Kenilworth está a veinte kilómetros al norte de Stratford on Avon.
39. Los cronistas y muchos historiadores tras ellos, que sólo ven en los desplazamientos que
le obligaron a hacer a Eduardo II al final de su vida la expresión de una crueldad gratuita, parecen
no haber establecido la relación entre éstos desplazamientos y la guerra de Escocia. El mismo día
en que llegó el desafío de Roberto Bruce se dio orden de que Eduardo dejara a Kenilworth; en el
momento de terminar la guerra lo trasladaron de nuevo de residencia.
40. El castillo de Berkeley es una de las cuatro fortalezas normandas que se salvaron del [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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